Para elegir unas zapatillas para correr hay que tener en
cuenta varios factores que a veces no les prestamos atención.
La utilidad.
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Para entrenar
o para competir, las zapatillas de
entrenamiento son más duraderas, con mayor amortiguación y mayor peso.
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Distancias largas
o cortas, las zapatillas de
distancia larga son con mayor
amortiguación, mejor sujeción y de mayor duración, es de lógica que las
zapatillas para distancias largas deben prestar una función principal que es la
de amortiguar el impacto contra el suelo de nuestro cuerpo y que la cámara de
amortiguación nos dure unos cuantos km.
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El terreno,
no es lo mismo correr por asfalto, tierra e incluso pista, la amortiguación es
diferente.
La pisada.
Neutra: Es aquella en la que el tobillo se mantiene centrado con
respecto al centro de la rodilla y la planta del pie, realizándose un apoyo
centrado, regular y bien compensado en cada pisada.
Supinadora: Es aquella pisada en la cual el tobillo se desplaza
hacia fuera en la pisada.
El físico.
Hay que tener en cuenta el peso, el ritmo de carrera,
el sexo, las posibles lesiones en cadenas musculares y de
articulaciones. (No puede utilizar una persona de 65 kg las mismas zapatillas
que una persona de 80 kg, o una persona de ritmo 5min/km que uno de 3min/km.
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La forma
del pie; un pie largo, un pie corto, un pie acho o estrecho, todo esto te
hace la forma de atar los cordones en X o en paralelo. La zapatilla no debe
quedar muy amplias pero tampoco apretada, debe haber suficiente sujeción para
que no baile el pie en la zapatilla teniendo en cuenta que con el paso de la
carrera el pie tiende a dilatarse.
TU ZAPATILLA ES TU
NEUMÁTICO.
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